Publicado originalmente en Nació Digital
Ermen Llobet, presidente del consejo rector de Osona Energía Cooperativa | Oriol Clavera
En las cumbres internacionales del clima a menudo se acuerdan grandes objetivos que posteriormente los estados no asumen en sus planes. Una de estas metas «utópicas» obliga a la Unión Europea a reducir un 55% de las emisiones en 2030 . La realidad es que el CO2 no deja de aumentar y que los compromisos no se trasladan en acciones.
En Osona , intentan desafiar esta lógica desde abajo: han planificado cuáles serían todas las acciones necesarias para reducir las emisiones un 40% en siete años . Calculan que habría que invertir más de 800 millones de euros y, de momento, han logrado movilizar 50 millones en proyectos gracias al impulso de una veintena de comunidades energéticas y una cooperativa de segundo grado que las agrupa.
Un referente local de transición energética
Varios factores han contribuido a conseguir que Osona se haya convertido en un referente local de transición energética en Cataluña. La Agencia Local de la Energía , vinculada al Consejo Comarcal, tiene una trayectoria de más de dos décadas y una capacidad técnica creciente.
También cabe destacar municipios líderes como Balenyà , Olost o Sant Pere de Torelló . Hace unos años que empezaron a planificar cómo acelerar la transición energética en sus municipios. «Queríamos sacar adelante proyectos de impacto, que realmente supusieran reducciones de emisiones significativas», explica Ermen Llobet , concejal de Sant Pere. «Se empezaba a hablar de los fondos Next Generation y la idea era que se necesitarían proyectos de mucha envergadura para poder acceder», añade Gil Salvans , director técnico de la agencia.
Rápidamente, constataron que era necesario trabajar en un ámbito comarcal para poder multiplicar la capacidad de incidencia. Y de esa unión de esfuerzos surgió el plan Nueva Energía Osona (NEO). «Queríamos convertir la utopía de reducir un 40% en acciones concretas», explica Salvans en Nació. La lista de medio millar acciones suma 818 millones de euros e incluye, entre otros, 250 MW de parques solares sobre terreno, la rehabilitación de 10.000 viviendas, 300 estaciones de recarga para vehículos eléctricos y la generalización de calderas de biomasa e instala ciones de geotermia, entre otras.
El plan, que se aprobó definitivamente a inicios de 2023, ha logrado un consenso político y social muy amplio . «No sólo tiene el apoyo de todos los ayuntamientos sino también de entidades sociales y ambientalistas», señala Gil Salvans. En este sentido, una de las puntas de lanza es la creación de comunidades energéticas : «50 comunidades para 50 municipios» , destaca Ramon Roig , presidente de Balenyà Sostenible y uno de los impulsores del plan NEO.
De hecho, uno de los puntos fuertes del proyecto de Osona es la descentralización . La redacción del plan comenzó en un momento en el que se habían puesto sobre la mesa varios parques solares de grandes dimensiones, muy concentrados en el norte de la plana de Vic. En ese momento, el discurso dominante era apostar primero por cubiertas solares y dejar para más adelante los parques sobre tierra, explica Salvans. «Había que dejar claro que debían hacerse ambas cosas y de forma rápida», añade.
En este sentido, el plan incluye el compromiso de los 50 municipios de llevar adelante un parque solar de 5 MW de potencia. «Si no queremos que todos los hagan empresas del Ibex, debemos empezar desde abajo», concluye el director técnico de la Agencia Local de la Energía, que actualmente también es alcalde de Olost.
Las comunidades energéticas de Osona superan expectativas
La hoja de ruta marcaba un lento despliegue de las comunidades energéticas en Osona. Pero la realidad ha superado las expectativas hasta tal punto que este ámbito ha eclipsado en parte al conjunto del plan.
A mediados de 2021 se constituyeron las de Balenyà, Sant Pere de Torelló y Olost, mientras que pocos meses después fue el turno de Taradell y Santa Eulàlia Riuprimer. El ritmo no ha parado ya estas alturas ya son 24 , la mitad de los municipios de Osona y el Lluçanès. De éstas, una decena tienen al menos una cubierta solar instalada generando energía 100% renovable.
Desarrollo de las comunidades energéticas en Osona (septiembre 2023)
De hecho, más allá de la cantidad, la singularidad del modelo de Osona es la creación de una cooperativa de segundo grado que las agrupa . «Desde el voluntariado se puede trabajar en la captación de socios, pero la gestión administrativa y técnica de estos proyectos requiere profesionalización», explica Ermen Llobet, quien también preside el consejo rector de Osona Energía Cooperativa .
Poder acceder de forma conjunta a líneas de subvenciones, facilitar soluciones conjuntas de financiación y contribuir a la identificación y redacción de proyectos son algunas de sus funciones. Una subvención de Proyectos Singulares del Departamento de Trabajo les permitió tener una estructura mínima de un técnico y medio, pero el objetivo es tener en breve un equipo entre 6 y 8 personas que ayude a dar un salto de escala.
De hecho, esta «supercooperativa» la constituyeron cuatro comunidades de Osona, pero con el propósito de no encerrarse en los límites de la comarca. En este sentido, en la primera gran convocatoria de subvenciones presentaron 15 proyectos, cinco de ellos de otras zonas del país. Actualmente, entre socias y colaboradoras, trabajan con comunidades de una quincena de comarcas . El modelo se ve con interés desde la dirección general de Energía de la Comisión Europea , que le ha llegado a calificar de game changer : «Habría que extenderse mucho más allá de Osona y de Catalunya», aseguró un representante comunitario en una reciente visita a Bruselas.
Entre los proyectos impulsados por las comunidades, el autoconsumo solar y otras iniciativas de movilidad eléctrica, la Agencia Local de la Energía estima que ya han logrado movilizar 50 millones de euros . En el caso de los puntos de recarga, por ejemplo, se ha alcanzado el 10% del objetivo con la instalación de 35 de los 300 previstos. También se ha actuado en el ámbito de las depuradoras con cubiertas solares en una decena de equipamientos de saneamiento con una potencia conjunta de 1,2 MW y se instalará un parque fotovoltaico (1,2 MW) en la parte clausurada del vertedero de residuos de Orís.
Un salto de escalera: parques solares, redes de calor…
Los impulsores de la transición energética en Osona tienen claro que las comunidades son mucho más que un autoconsumo solar compartido . «Son cooperativas para ir más allá. Hacer tejados es lo más fácil, pero lo que queremos es transformar todo el modelo energético en el ámbito local», destaca Ramon Roig, especialista en el mundo cooperativo y presidente de Balenyà Sostenible.
Un buen ejemplo es el de este municipio del sur de Osona. En una primera fase han instalado hasta seis cubiertas solares -suman 600 kW de potencia- en equipamientos como el campo de fútbol, el instituto-escuela, el pabellón y la guardería. También han adquirido un vehículo eléctrico compartido y están a punto de estrenar los primeros puntos de recarga en el municipio.
Ahora, están a punto de dar un salto de escala gracias a una ayuda estatal de casi 1,5 millones. Pretenden duplicar la potencia solar con un pequeño parque fotovoltaico sobre terreno de 600 kW. «Empezamos con 170 socios pensando que tendríamos demasiada energía y ahora tenemos que volver a captarla porque superaremos la demanda», explica Roig a Nació . También se prevé implicar a varias empresas del pueblo con cuatro cubiertas sobre naves . Las industrias ceden el tejado, la cooperativa gestiona su instalación y, a cambio, la empresa recibe un porcentaje de la energía.
Sin embargo, el gran proyecto estrella es la creación de una red de calor y frío por todo un barrio de Balenyà a partir de la combinación de geotermia y bombas de calor alimentadas con energía solar. «Es muy ambicioso y tiene muy pocos referentes en Europa». Es una prueba de cómo puede ser la calefacción del futuro ”, apunta el presidente de la comunidad energética.
Las comunidades energéticas de Osona también están implicando a las empresas de la comarca. Foto: Cedida por Balenyà Sostenible
También Sant Pere de Torelló es un referente local por haber transformado una antigua red de calor vinculada a una central térmica en una instalación que funciona con biomasa 100% forestal . Una nueva ampliación, por cierto, permitirá que el próximo año llegue a dar servicio al 95% de los vecinos del municipio así como a buena parte de las industrias.
Además, la Cooperativa Santperenca de Energía Sostenible ya ha instalado tres cubiertas solares (140 kW) en equipamientos municipales y tiene cinco más pendientes : una en la escuela, tres en pequeñas naves industriales y una quinta para dar servicio en el vecindario de la Vola. Pero el mayor proyecto que iniciarán a corto plazo es un parque fotovoltaico de 125 kW para dar servicio al barrio de la Riera, con unas setenta viviendas. En este caso, incluirá baterías para almacenar energía y poder consumirla a las horas sin sol.
Como ocurre en el caso de Balenyà, la voluntad de las comunidades energéticas es seguir avanzando . Los nuevos proyectos presentados en Sant Pere de Torelló implican dar un salto de escalera con las cubiertas industriales, construir un parque solar fotovoltaico con baterías e iniciar acciones en el ámbito de la movilidad eléctrica , entre otros.